Un día el discípulo preguntó a su Maestro:
- Dime Maestro, ¿por qué todos los sabios nos enseñan que no debemos juzgar a los demás? ¿Es tan importante? Por favor explícame…
El maestro, como siempre hacía, no respondió de inmediato a la pregunta, sino que le dio a su alumno un globo con un poco de barro en el fondo y le pidió que se parara frente a él y comenzara a inflar el globo.
- ¿Qué ves ahora? – preguntó el maestro
– Te veo a ti y al globo.
- Inflarlo un poco más. - continuó el Maestro
El estudiante obedeció y el globo se hizo más grande.
- ¿Ahora, qué ves?
- Ahora casi no te veo, veo sobre todo el globo, y el barro corre por sus paredes.
- Háblalo aún más.
El globo creció aún más y el Maestro volvió a preguntar:
- ¿Qué ves ahora?
"Sólo el globo y el barro". Nada mas.
- Continúe inflando el globo - dijo la Maestra y se hizo un poco hacia un lado.
El estudiante continuó actuando diligentemente, pero el globo ya no podía estirarse y de repente estalló, estallando en pedazos, esparciendo el barro que había en su interior por todas partes. El estudiante perdió el don de la palabra. Miró a su alrededor impotente... Estaba todo salpicado de barro.
- ¿Ahora entiendes lo que sucede cuando te concentras en los defectos, debilidades y transgresiones de otras personas? Al juzgar a una persona, dejas de ver a la persona misma.. Solo ves tus propios pensamientos y sentimientos negativos y críticos hacia él. Y cuanto más los avives, mayor será la probabilidad de que el barro y la suciedad de estos pensamientos salpiquen no sólo a ti, sino también a quienes te rodean.. - finalizó el Maestro y dejó al alumno solo con sus pensamientos.
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La parábola ¿Qué pasa cuando juzgamos a los demás? es parte de la colección "*SIEMPRE HAY ESPERANZA. 150 PARÁBOLAS SOBRE EL ARTE DE LA VIDA" de la editorial Gnezdoto
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