la verdadera pobreza

Hoy quiero presentarles una parábola muy corta. Muestra de una manera extremadamente precisa por qué las cosas en nuestro maravilloso país todavía están lejos de ser ideales.

Aquí está la parábola misma:

Un pobre hombre le preguntó al Buda:
"¿Por qué soy tan pobre?"

El Buda le respondió:
"No has aprendido a dar".

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Entonces el pobre dijo: "¿Y si no tengo nada?"

El Buda respondió: "Tienes varias cosas:

– Una cara que puede dar una sonrisa;

– Labios con los que puedes agradecer o consolar a otros;

– Un corazón para abrir a la gente;

– Ojos con los que mirar a través del prisma de la bondad;

"Un cuerpo para usar para ayudar".

Entonces, en realidad, no eres pobre.

La pobreza de espíritu es la verdadera pobreza.

Las buenas noticias es que mientras hay gente que
- No escatiman en sonrisas.

- Te agradecen cada gesto

-Usan sus cuerpos para ayudar y

- Son de corazón abierto.

Hay esperanza.

¡Creo que más y más personas verdaderamente ricas en espíritu, repartiendo puñados de belleza, armonía, paz y felicidad nos rodearán! ¡Yo creo!

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Autor: Nikolá Belopitov

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